Cuando se apagaron las luces y se vieron las caras por última vez antes de partir al descanso obligado, los peloteros de los Marlins se abrazaron, compartieron recuerdos y souvenirs. Uno pedía firmas para su bate, otro para una una pelota, otros intercambiaban camisetas.
La química y la buena vibra podría apreciarse en el clubhouse. Quizá todo se debía a ese optimismo contenido de haber dejado una impresión superior a esa de un fracaso total que se pronosticaba desde el inicio de la primavera.
Aunque todavía les falta mucho por lograr, estos peloteros sienten que han logrado algo importante: formar un núcleo. “Siempre ha confiado en estos muchachos, sé que no se rinden’’, comentó Edward Cabrera, el verdugo de los Mets en la jornada final.
“Desde el primer día sabíamos que íbamos a competir porque desde adentro vi el talento que tenían. Muchos no podían saberlo, pero yo sí’’.
Los Marlins terminaron el 2025 con récord de 79-83, un salto enorme después del desastre del 62-100 en 2024. Sí, 17 victorias más, récord de franquicia en aumento año a año… y encima le ganaron la serie a los Mets por primera vez desde 2017. Quién lo iba a decir.
El equipo quedó tercero en la División Este de la Liga Nacional por encima de los Bravos de Atlanta, pero ojo, que no todo es posición. Ganar 13 de los últimos 17 juegos deja claro que hay algo distinto en este grupo. No son los mismos de siempre, ni de cerca. “Si te digo que no estamos contentos te mentiría, pero estamos ilusionados’’, apuntó Javier Sanoja, el hombre orquesta de la nave de los peces.