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viernes, junio 6, 2025

Redadas migratorias en Florida amenazan la construcción en Miami

Las recientes redadas migratorias en sitios de construcción en Florida y otros estados están sacudiendo a una de las industrias clave de Estados Unidos. En ciudades como Miami, donde el 75 % de los trabajadores son inmigrantes, crece la preocupación por el impacto de las detenciones masivas.

Según informa EFE, la semana pasada, más de 100 migrantes provenientes de México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras fueron arrestados en una obra en Tallahassee, capital de Florida. Solo dos semanas antes, otra redada similar en The Villages dejó más de dos docenas de detenidos.

Estos operativos no solo se replican en Florida, también avanzan en estados como Luisiana y Nueva York. Como resultado, muchos trabajadores de la construcción, en su mayoría latinos, han decidido no presentarse a trabajar por temor a ser deportados.

Aarón Pineda, un hondureño con Estatus de Protección Temporal que trabaja en Miami, lo resumió así: “Nosotros sacamos este país adelante, pero hoy tenemos miedo. Nunca vimos algo así”.

La ofensiva migratoria es parte del plan del presidente Donald Trump de alcanzar 3.000 deportaciones por día. Esta política amenaza directamente al sector de la construcción, donde el 25,7% de los trabajadores son inmigrantes, y más del 14% son indocumentados, según el American Immigration Council.

En Miami, tres de cada cuatro obreros son inmigrantes. En todo Florida, hay más de 430.000 trabajadores migrantes en la construcción, lo que representa casi dos tercios del sector.

Ned Murray, experto en economía del Centro Metropolitano de la FIU, que se especializa en analizar tendencias demográficas, migratorias y urbanas en regiones como Miami, advirtió que esta industria “sería una de las más golpeadas por las deportaciones”.

Estados Unidos tiene un déficit de 3,7 millones de viviendas. La demanda creció desde la pandemia, cuando miles se mudaron a Florida buscando nuevas oportunidades. Si se cumplen las deportaciones, el país perdería hasta 1,8 millones de obreros, justo cuando necesita sumar al menos 454.000 nuevos trabajadores para cubrir la demanda, según el Urban Institute.

La Coalición Inmigrante de Florida denunció que estas redadas crean un “clima de persecución y miedo”. Incluso las grandes constructoras admiten que no hay reemplazo para esta mano de obra. “Si espantamos a quienes hacen el trabajo bajo el sol, no sé cómo seguiremos construyendo”, alertó Thomas Kennedy, consultor de FLIC.

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